martes, 18 de enero de 2011

"...hiciste de mí una mujer capaz de cultivar la amistad"

Estos fueron los pensamientos que Renée le dedica a su amiga Manuela, mujer portuguesa que trabaja en las casas del edificio nº 7 de la calle Grenelle, donde ella es la portera "atípica" cuya verdadera esencia sólo es descubierta por aquellos como Kakuro y Paloma -que a modo de Principitos, ven con el corazón porque en cuanto a Renée la realidad es invisible a los ojos. Y es que como dice Paloma, "Renée tiene elegancia del erizo: por fuera está cubierta de púas, una verdadera fortaleza, pero intuyo que, por dentro, tiene el mismo refinamiento sencillo de los erizos, que son animalillos falsamente indolentes, tremendamente solitarios y terriblemente elegantes". Por supuesto René nunca hubiera aceptado tan buen juicio sobre su persona, si no hubiera existido la mirada, la amistad que le brindan Kakuro, Paloma y Manuela. Su vida había estado marcada por la dureza, el dolor, el sufrimiento, la resignación...porque como ella dice en algún momento : "La miseria es una guadaña: siega en nosotros cuanta aptitud tenemos para la relación con el otro y nos deja vacíos, lavados de sentimientos, para poder soportar toda la negrura del presente". ..Sin embargo, la aristocracia del corazón de sus amigos la salvaron.
 Muriel Barbery, La elegancia del erizo